¿Es bueno el magnesio Formag? Análisis y opiniones


Publicado el 23/06/2025 - Última actualización el 23/06/2025

Si estás pensando en tomar magnesio, seguro que ya has visto el nombre Formag. Es un suplemento del laboratorio francés PiLeJe a base de magnesio marino, y es bastante popular en España. Se vende en muchas farmacias y tiendas online, y suele presentarse como una opción natural y eficaz. 

Ahora bien… eso no significa necesariamente que lo sea. Y con la cantidad de tipos de magnesio que existen, es muy fácil perderse o acabar eligiendo mal.

No se trata de criticar por criticar. El objetivo aquí no es desprestigiar a PiLeJe ni a su producto, sino entender bien lo que contiene, cómo funciona ese tipo de magnesio y qué deberías tener en cuenta si quieres suplementarte.

¿Qué es exactamente el magnesio marino?

A primera vista, el término suena bastante bien. Magnesio marino da la sensación de algo puro, natural, sacado directamente del mar… Como si estuviéramos tomando un mineral tal cual nos lo da la naturaleza.

Pero vamos a ser claros: el magnesio marino no es una forma química específica, sino más bien una manera bonita de nombrar una mezcla de diferentes sales de magnesio extraídas del agua del mar. Y eso tiene varias implicaciones importantes.

¿Qué formas incluye?

Si miramos la lista de ingredientes, encontramos algo interesante. En lugar de una forma única de magnesio, el producto contiene una mezcla bajo el nombre comercial Hypro-ri® Mag, que combina:

  • óxido de magnesio marino,
  • y un hidrolizado de proteína de arroz (probablemente como transportador o estabilizante).

Además, el producto también incluye óxido de magnesio marino como ingrediente separado... lo que sugiere que esta forma es la principal fuente de magnesio del suplemento.

Mi opinión:

El óxido de magnesio, aunque ampliamente utilizado en la industria, tiene una de las tasas de absorción más bajas entre todas las formas existentes (alrededor de un 4 %). Es decir, la mayoría del magnesio que contiene acaba siendo eliminado sin ser aprovechado por el cuerpo.

Por eso se dice que estas formas son poco biodisponibles.

Así que aunque en la etiqueta aparezca como magnesio marino, en realidad estamos hablando de óxido de magnesio, con todo lo que eso implica a nivel de eficacia y tolerancia.

¿Y entonces, por qué se usa?

Pues, sinceramente… porque es barato de producir, fácil de etiquetar como "natural" (aunque eso no diga nada sobre su efectividad), y porque suena bien desde el punto de vista del marketing.

El problema es que muchas personas no lo saben. Compran un suplemento que pone marino en grande, lo asocian con algo sano, lo prueban… y se decepcionan. O peor, piensan que el magnesio en general no les funciona, cuando en realidad el problema está en la forma elegida.

¿Tiene efectos secundarios?

Sí, y no son tan raros. Las formas inorgánicas como el óxido o el hidróxido pueden provocar efectos laxantes. También son más propensas a generar:

  • gases
  • malestar estomacal
  • o incluso diarrea leve en personas sensibles

De hecho, a menudo se recetan en casos de estreñimiento… Pero si lo que realmente buscas es mejorar tus niveles de magnesio en sangre, reforzar tu sistema nervioso o muscular, entonces estos efectos secundarios son más una molestia que una ventaja.

¿Qué tipo de magnesio elegir?

Antes de todo, hay algo que conviene aclarar: esa idea de que cada tipo de magnesio sirve para algo distinto... es, en realidad, más marketing que ciencia..

Lo que cambia entre los diferentes tipos de magnesio no es tanto su función en el cuerpo (porque el magnesio siempre es magnesio, sea cual sea la sal con la que se combina), sino su capacidad de absorción y su tolerancia digestiva.

Los más recomendables

Los que han demostrado tener una mejor biodisponibilidad (= llegan realmente a las células) y que no generan molestias digestivas son:

  • Bisglicinato de magnesio
  • Citrato de magnesio
  • Malato de magnesio

(Hay otros, pero estos son los principales, disponibles en casi todas partes a precios razonables).

En cambio, otras formas como el óxido, el cloruro, el sulfato, el carbonato o el hidróxido son mucho más difíciles de asimilar, y suelen acabar en el inodoro. Literalmente.

¿Por qué todo el mundo les atribuye beneficios específicos?

Es cierto que a veces se habla del "efecto añadido" del ligando (por ejemplo, la glicina en el bisglicinato o el malato en el malato de magnesio). Pero la cantidad de ese ligando presente en el suplemento es muy pequeña, y su impacto real en el organismo es, siendo honestos, mínimo.

Así que no te líes demasiado con eso. Lo que de verdad importa es:

  • que la forma se absorba bien,
  • que no te siente mal al estómago,
  • y que esté fabricada con una materia prima de calidad.

Porque sí: no todos los bisglicinatos ni todos los citratos son iguales.

¿Cómo elegir un buen suplemento de magnesio?

1. La calidad de la materia prima

Pongamos un ejemplo: dos suplementos dicen contener bisglicinato de magnesio.
En teoría, deberían funcionar igual… pero en la práctica, no lo hacen.

¿Por qué? Porque la calidad de la materia prima varía muchísimo según el fabricante. Algunos usan sales de magnesio bien estabilizadas, con buena pureza, 100% queladas (y no solo en la etiqueta). Otros, en cambio, utilizan mezclas mal formuladas que apenas aportan diferencia respecto a un citrato barato.

Y claro, eso no se nota solo con leer la etiqueta. Por eso, siempre es mejor optar por marcas que:

  • indican claramente el origen de sus materias primas (por ejemplo: bisglicinato de magnesio Albion®),
  • explican su proceso de fabricación,
  • y no esconden la dosis elemental real de magnesio (porque no es lo mismo 300 mg de bisglicinato que 300 mg de magnesio elemental).

2. Los excipientes

Mucha gente se fija solo en el principio activo, pero los excipientes también cuentan.

Colorantes, conservantes, antiaglomerantes... Algunos suplementos están llenos de sustancias que no aportan nada útil y que incluso pueden provocar intolerancias en personas sensibles.

¿Lo ideal? Buscar un producto:

  • con la menor cantidad de excipientes posible,
  • sin dióxido de titanio, ni colorantes innecesarios,
  • y si puede ser, con cápsulas vegetales en lugar de comprimidos industriales duros como piedras.

3. La transparencia de la marca

No todas las marcas son igual de claras. Algunas no detallan todo, y eso ya debería hacerte sospechar.

Un buen suplemento debe decir lo que lleva, cuánto lleva, y por qué lo lleva. Sin promesas mágicas, sin nombres raros, y sin disfrazar datos.

Conclusión: ¿Formag es una buena opción?

Formag no es un mal suplemento. Es accesible, tiene buena presencia en farmacias, y puede resultar útil para personas que no presentan molestias digestivas ni problemas de absorción.

Pero si lo que buscas es un magnesio eficaz, bien absorbido y con buena tolerancia, lo cierto es que hay alternativas mejores.

La forma marina de magnesio (que es la base de Formag) se presenta como natural pero en realidad contiene sales inorgánicas poco biodisponibles, como el óxido y el hidróxido de magnesio. Además, es frecuente que cause molestias digestivas, lo que puede llevar a abandonar el suplemento antes de tiempo.

Si quieres una suplementación real, duradera y efectiva, vale la pena:

  • Elegir una forma mejor absorbida (como el bisglicinato o el malato),
  • Prestar atención a la calidad de la materia prima,
  • Y elegir marcas que sean claras, honestas y que cuiden los detalles.

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